
Tener dientes sanos, no es una tarea fácil, todo lo contrario. Parecería que son difíciles de afectar, pero, en realidad, a pesar de su consistencia dura y brillante, las caries se seguirán convirtiendo en la peor pesadilla para tu boca. Un diente sano está formado de dos partes: la corona y la raíz. Al no tener una higiene adecuada, las caries provocan la destrucción de los tejidos dentales a través de la acción de las bacterias, que tienen como principal característica convertir los azúcares y almidones en ácidos. De esta manera, los ácidos diluyen poco a poco el esmalte de los dientes, prácticamente tardan 20 minutos después de que comas. Por eso, es de vital importancia tener una buena alimentación y, aunque se cree que los azúcares y los carbohidratos son malos para tus dientes, en realidad el problema no radica en que los comas, sino en la frecuencia con la que lo hagas. Por esa razón, debes evitarlos entre comidas y antes de acostarte, ya que los dientes están menos protegidos por la escasa cantidad de saliva. Eso sí, no olvides que es muy importante lavar tus dientes tres veces al día o después de cada comida, esto te permitirá lucir una gran sonrisa blanca y, sobre todo, ¡saludable!
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